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Un consejo para el nuevo musulmán –El equilibrio entre la vida y las responsabilidades

Published February 10, 2017

By Imam Daniel Abdullah Hernandez

El Islam es una forma de vida que propone el equilibrio y la moderación. Es un modo de vida que llama a los creyentes a luchar por el cumplimiento de los derechos individuales, los derechos de la familia, los derechos comunitarios y los derechos generales de la sociedad. Nuestro dilema es que en los tiempos que vivimos actualmente nos encontramos intoxicados con nuestros propios deseos y descuidamos nuestras responsabilidades – con nuestra familia, comunidad y sociedad. Con el fin de analizar cómo mejorar y llevar una vida de equilibrio, me gustaría abordar cada uno de los cuatro puntos principales, insha’Allah.
Los derechos del individuo

Alá, el Exaltado, dice, “¡Oh, creyentes! Guardaos a vosotros…” (El Corán, 66:6). Y en otro verso, dice, “Diles: ‘¿Acaso podría adorar otro que no fuese Alá, cuando es Él el Creador de todo?’ Cualquier pecado que alguien cometa es en detrimento propio, y nadie cargará con los pecados de otro. Luego, volveréis a vuestro Señor y Él os informará acerca de vuestras discrepancias” (El Corán, 6:164).
Alá, el Exaltado, nos llama a priorizar y concentrarnos en nosotros mismos, desarrollarnos y preocuparnos por nuestras vidas en preparación para el Día del Juicio y el Más Allá. Para prepararnos eficazmente debemos seguir las instrucciones de Alá y evitar los errores de las naciones anteriores ¡Lo primero que Alá ordenó en el Corán fue “Lee”! Por lo tanto, el primer y más fundamental aspecto de nuestro desarrollo personal es la búsqueda del conocimiento que alimente nuestra alma y nos acerque cada vez más a nuestro Señor. El texto primario, por supuesto, en nuestro aprendizaje es el Corán. Sheij Abdullah Shinqiti dijo, “Hazte amigo del Corán y nunca de desviarás”.
He aquí cinco consejos para buscar el conocimiento de la manera más efectiva:
1. Busca un mentor, una persona que te guíe, que analice tu nivel de conocimiento y te aconseje cómo comenzar tu proceso de aprendizaje – qué libro, qué asignatura, qué instituto, o con quién estudiar. El Corán dice, “No enviamos antes de ti sino hombres a quienes les transmitíamos Nuestra revelación. Preguntadle a la gente de conocimiento [de entre la Gente del Libro] si no lo sabéis” (El Corán, 16:43).

2. Cuando compres un libro, enfócate en estudiar y en digerir toda la información que contiene. Luego intenta poner ese conocimiento en práctica. Aumenta tu aprendizaje de forma lenta y progresiva.

3. Esfuérzate por aprender el idioma árabe. Es la llave para entrar a un mundo de conocimiento. Es una inversión de por vida. Alá dice en el Corán, “Y ciertamente lo hemos revelado en idioma árabe para que reflexionéis” (El Corán, 12:2).
4. Perfecciona los requisitos básicos: Aprende Sura Al Fatiha, el capítulo La apertura del Corán. (Sheij Mamdouh Mahmoud tiene videos en YouTube que pueden ayudar). Aprende bien el wudu, la ablución, perfecciona la oración y haz que tus oraciones cuenten. Con respecto a Sura Al Fatiha, Ubadah bin As Samit relató que el Mensajero de Alá, que la paz sea con él, dijo, “Quien no recita la Sura Al Fatiha en su oración, su oración no es válida” (Bujari). Abu Sa’ad ibn Al-Mu’ala narró que el Profeta dijo, “’Yo les enseñaré una sura que es la más grandiosa del Corán antes de que salgan de la mezquita.’ Luego tomó mi mano y cuando tenía la intención de irse [de la mezquita], le pregunté: ‘¿No dijiste que me enseñarías una sura que es la mayor sura en el Corán?’ Él respondió: ‘Sí. Es [la sura que comienza con], Alabado sea Alá, Señor del Universo. Son los siete versículos más repetidos y el Grandioso Corán que se me ha dado'” (Ahmad).

Acerca del wudu, Abu Huraira narró que el Profeta, que la paz sea con él, dijo:
“Si el siervo musulmán (o creyente) hace la ablución y lava su rostro, salen de su rostro con el agua (o con la última gota de agua) todos los pecados que vio con sus ojos. Y cuando lava sus manos salen de ellas con el agua (o con la última gota de agua) todos los pecados que cometieron. Y cuando lava sus pies salen de ellos con el agua (o con la última gota de agua) todos los pecados hacia los que caminaron, hasta que queda libre de todos los pecados” (Muslim).

Con respecto a hacer la oración significativa, considera el siguiente verso del Corán:
“Recita (Oh Muhammad) lo que se te ha revelado del Libro [el Corán] y haz la oración, que ciertamente la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables. Y sabe que tener presente a Alá en el corazón durante la oración es lo importante, y Alá sabe lo que hacéis” (El Corán, 29:45). Esfuérzate por observar la oración a su debido tiempo, revisa los pasos de la oración, realiza cada paso en un estado de calma y cosecha los beneficios de cada paso esforzándote por aprender las frases de alabanzas y su significado. No memorices las frases en árabe sin entender lo que estás diciendo. Aprende cómo decirlas en árabe y también su traducción y significado, y hazlo paso a paso. La oración es una conexión permanente con el Señor, por lo tanto, también se debe esforzar por seguir aprendiendo en un proceso gradual sobre el fiqh (la jurisprudencia) de la oración en los libros recomendados por tu mentor.

5. Encuentra un compañero que comparta contigo el proceso de aprendizaje; ya sea en la mezquita o en la comunidad local. Se pueden motivar mutuamente y disfrutar el camino del conocimiento juntos. Busca a alguien con una mente positiva y que este comprometido con el aprendizaje. Elija un compañero que sea humilde y respetuoso de la tradición académica en el Islam. Evita cualquier persona que se acerque a la búsqueda del conocimiento islámico con una actitud que transmita dudas o cinismo, o es propenso a cuestionar o refutar puntos simplemente por tener una naturaleza argumentativa. La vida es corta; y es importante esforzarse por alimentar el alma y no perder el tiempo.

Los derechos de la familia

Alá, el Altísimo, dice, “Adorad a Alá y no Le asociéis nada. Sed benevolentes con vuestros padres, parientes, con los huérfanos, pobres, vecinos parientes y no parientes, el compañero, el viajero insolvente y con vuestros esclavos. Alá no ama a todo arrogante jactancioso” (El Corán, 4:36). Alá nos instruye adorarlo y luego ser bueno con los padres y mantener los lazos familiares. El individuo tiene la responsabilidad como hijo (o hija) de ser el mejor que pueda por la causa de Alá. Como esposo, se debe esforzar por emular las hermosas enseñanzas del Profeta Muhammad, la paz sea con él, acerca del tratamiento entre los cónyuges. Como padre, se debe esforzar por ser el mejor padre, como lo fue el Mensajero de Alá; y nuestras madres deben esforzarse por ser las mejores madres, luchando por ser como las Madres de los Creyentes. Recuerda siempre el verso, “Temed a Alá cuanto podáis…” (El Corán, 64:16)

También es el derecho de la esposa y los hijos que el esposo los apoye económicamente. Algunos hombres que se dedican a buscar el conocimiento islámico de manera seria y como una carrera, piensan que encontraran empleo como imam dentro de la comunidad musulmana. Lamentablemente, no siempre es así. Por lo tanto, un hombre debe esforzarse para obtener una carrera que le ofrezca una estabilidad económica para su familia. Una carrera estable también le permitirá donar por la causa de Alá a proyectos benéficos y a programas de divulgación. La búsqueda del conocimiento islámico es un esfuerzo de por vida; sin embargo, nunca debe ser la causa por el descuido de las demás responsabilidades.

Los derechos de la comunidad

Una comunidad de creyentes se esfuerza por poner la fe en acción. Se animan unos a otros a comprometerse a la verdad y se animan mutuamente en practicar la paciencia. Alá dice, “Juro por el transcurso del tiempo Que ciertamente los hombres están perdidos, salvo aquellos que creen, obran rectamente, se aconsejan mutuamente cumplir cabalmente [con los preceptos divinos] y ser pacientes y perseverantes” (El Corán, 103:1-3). Una comunidad de creyentes lucha desinteresadamente, en unidad, para complacer a Alá.

Esta comunidad entiende la gravedad de la división dentro de las filas de los creyentes. Alá dice, “Aferraos todos a la religión de Alá y no os dividáis. Recordad la gracia de Alá al hermanaros uniendo vuestros corazones después de haber sido enemigos unos de otros, y cuando os encontrasteis al borde de un abismo de fuego, os salvó de caer en él. Así os explica Alá Sus signos para que sigáis la guía” (El Corán, 3:103). Dada la importancia de mantener la unión, un musulmán debe luchar para apoyar y promover esa unidad – a través de la participación en los asuntos de la mezquita y eventos, haciéndose voluntario, ofreciendo apoyo económico, siendo un buen ejemplo para otros en la comunidad, especialmente para los jóvenes, y en cualquier otra capacidad que pueda.

Los derechos de la sociedad

Un musulmán debe ser un beneficio para la sociedad, y debe preocuparse por el bienestar de todos. Esto incluye ser amable con los vecinos, saludarles cordialmente y ofrecerles su asistencia cuando sea necesario, sin esperar nada a cambio. Esto forma parte de la práctica del Islam y a través de la práctica, viene la enseñanza. El Corán dice, “Sois la mejor nación que haya surgido de la humanidad: Ordenáis el bien, prohibís el mal y creéis en Alá. Si la Gente del Libro creyera, sería mejor para ellos; algunos son creyentes pero la mayoría desviados” (El Corán, 3:110). Alá envió al Mensajero como una “misericordia a todos los mundos” (El Corán, 21:107). Abdullah ibn Amr ibn Al Aas narró que el Mensajero de Alá, la paz sea con él, dijo: “Los misericordiosos recibirán la misericordia del Misericordioso. Sean misericordiosos con los que están en la tierra y el que está en los cielos tendrá misericordia de ustedes” (Sunan At Tirmidhi)

En conclusión, mis queridos hermanos y hermanas, sean equilibrados en lo que respecta a su individualidad, su vida familiar, su comunidad y la sociedad. El Profeta Muhammad nos aconsejó, “Tú tienes un deber con tu Señor, tienes un deber con tu cuerpo, y tienes un deber con tu familia, así que debes darle a cada uno sus derechos” (Bujari). También nos enseño una súplica que debemos hacer constantemente: Allahumma inni as’alukal-huda wattuqa wal-‘afafa wal-ghina – “¡Oh Alá!, te pido guía, piedad, castidad y autosuficiencia” (Muslim).

Imam Daniel Abdullah HernandezAuthor Daniel Abdullah Hernandez has a Master’s in Islamic Education from the Islamic University of Minnesota. A dedicated father of four, Imam Daniel currently resides in Dallas, Texas and has served the ISGH Pearland Islamic Center for 6 years. He has also authored three books.

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