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De Mexico a Medina: La Historia de Rafael

Published September 20, 2016

By Rafael Barajas

Mi interés en el islam nació cuando apenas tenía 17 años. Comencé a leer el Corán en español desde mi computadora y lo termine completamente, alhamdulillah. Aunque inicialmente mi intención era común, simplemente por leerlo sin interés en particular, desde el principio supe que no se trataba de un libro común y corriente como cualquier otro que había leído antes. Pues desde la primera página se hacían agradecimientos y se engrandecía a Dios de una manera especial y distinta a lo que yo estaba familiarizado. Seguía leyendo y tenía una sensación extraña, sin afán de exagerar sentía mucha paz y tranquilidad cuando me sentaba frente a mi computadora a leerlo, contemplando verso por verso.

Siempre me ha gustado la ciencia, y me impresionó que muchos hechos demostrados científicamente en los últimos siglos aparecieran en el Corán. Hechos como la teoría del Big Bang, la expansión del universo, la composición de la tierra y del espacio, los procesos embrionarios, entre muchos otros; los identifiqué y me asombró que estaban descritos de una manera entendible para cualquier persona con cualquier nivel de educación. Además, encontré al Corán completo en cuanto a regulaciones familiares, sociales, militares, en asuntos de justicia, de creencia, de modales… en fin, de todo. Entonces no demoré prácticamente nada en aceptar que el Corán no era sino revelación divina y decidí aceptar el Islam.

En un día feriado de mi país, que luego me enteré coincidía con la noche número 27 de Ramadán, tomé la bicicleta de mi padre para ir al lugar donde los musulmanes de mi ciudad se reunían. Aunque estaba lejos de mi casa y tuve que pasar por lugares peligrosos para llegar hasta allá, todo resultó perfecto. Hice mi Shahada (el testimonio de la fe) y me trataron de manera excelente. Me regalaron un tapete para rezar y libros. Todo lo escondí bajo mi playera para que mis padres no supieran cuando llegué, luego de media noche. Mi familia, que es católica, no supo de mi conversión al Islam hasta un par de años después, pues escondía signos de mi cambio. Sin embargo ya notaban algunas diferencias en mí, como cuando me escondía a ciertas horas para rezar mis cinco oraciones y no comía ni tomaba todo lo que ellos preparaban.

Después de mi Shahada, he sido muy bendecido, y noto que ciertamente Alá es Quien escucha las súplicas, pues cada una de las cosas por las que llego a quejarme, o que necesito, recibo más de lo necesario desde que pongo mis asuntos en manos de Alá.

Alhamdulilah, tuve la oportunidad de asistir a la Universidad Islámica de Medina en Arabia Saudita, donde estudié por alrededor de 1 año. Pude aprender a leer el Corán en árabe, y aprendí un poco del idioma cuando había llegado sin saber si quiera las letras del alfabeto árabe. Allí conocí excelentes personas quienes exhortan e invitan al bien y a practicar el Islam de la mejor manera cada vez. Además del conocimiento que uno obtiene, que realmente es invaluable, recibí la herencia de los profetas, la motivación para enseñar a los demás acerca del Islam.

También tuve la ventaja de conocer bonitos lugares. El simple hecho de visitar una mezquita ya era de gran valor para mí, pues en mi ciudad no contamos con ninguna. Y ¿qué mejor que llegar a la ciudad que acogió a nuestro amado Profeta Muhammad, que la paz sea con él, y después tener la posibilidad de realizar el Hajj (la peregrinación)? Es algo inolvidable que espero todos tengamos la oportunidad de hacer. Aconsejo a todos francamente que se esfuercen para ir, especialmente aquellos que desestiman esta obligación del musulmán. Ir a la Meca y realizar el Hajj, te cambia la vida.

Tuve que regresar de Medina por motivos familiares, y aunque debo reconocer que eso me entristeció, a los pocos meses Allah me concedió poder tener matrimonio con una excelente mujer con quien soy feliz y me siento orgulloso de compartir mis momentos.

Actualmente el Islam en mi ciudad, Guadalajara, continúa creciendo aunque lentamente. Puede decirse que cada mes hay nuevos(as) musulmanes(as). Tenemos menos de 5 musalas (salas para rezar), pero generalmente la gente no nos molesta si rezamos en público o invitamos a las personas al Islam abiertamente. Podría decir que es más el interés y la curiosidad que los acosos y malos comentarios. Sin embargo, es un triste hecho que las mujeres son las más propensas al maltrato de la gente.

Insha’Allah, la situación de los musulmanes mejore en todo el mundo. Sin embargo antes tenemos que estar conscientes que el cambio debe darse primero de nuestra parte, teniendo buenas intenciones, haciendo e invitando hacia al bien, y reprobando el mal. Para esto, no hay algo mejor que buscando el conocimiento en el Sagrado Corán, o revisando la vida ejemplar de nuestro Profeta, que Allah le conceda la paz y las bendiciones.

 

Rafael BarajasAuthor Rafael Barajas, who resides in Guadalajara, Mexico, studied Arabic language at the Islamic University of Madinah, Saudi Arabia. Rafael Barajas vive con su familia en Guadalajara, Jalisco, México. Estudió el idioma árabe en la Universidad Islámica de Medina, en el Reino de Arabia Saudita.

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